miércoles, 24 de marzo de 2010

RESACA

Cuando desperté me encontré con dos sorpresas, la primera... tenía una borrachera de proporciones apocalípticas... y en segundo lugar... no reconocía al chico que estaba acostado a mi lado.
No me moví tratando de recomponer los fragmentos de mi memoria anestesiada por el alcohol.
¿Quien era?
¿Como se llamaba?
¿Donde le había encontrado...?
Estaba boca arriba, con los brazos y las piernas extendidos, tendría unos veintiocho años más o menos...
Y entonces no pude sino felicitarme por mi buen gusto...

1 comentario:

  1. Pues, paso a felicitarte, no sólo por tu buen gusto con el chico en cuestión, si no que también por este relato corto, que dicho sea de paso, me ha gustado.
    Excelente forma de escribirlo, mariposa.

    Un saludo

    ResponderEliminar